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1952

Sastrería Belisario Cacheda

Avalado por una larga trayectoria familiar, de padre y abuelo sastre, el destino y futuro de Florentino Cacheda era casi inevitablemente, continuar la tradición de la sastrería. De este modo, en 1952, la familia ponía en conocimiento de sus clientes sus novedades en tejidos y calidades.

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1958

Academia de corte Rocosa

Tras su educación en los colegios públicos de Lalín, su formación en el seno familiar, y su pasión por la moda, era inevitable que su educación continuase ligada al mundo del diseño. Florentino emprende su carrera en Barcelona. Allí permanece por espacio de 4 años donde compagina el trabajo en una fábrica de confección con la escuela de diseño. Esta dualidad, trabajo y estudios, le proporciona una formación completa que marcaría su trayectoria. Foto: Academia de Corte Rocosa, promoción de 1958.

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1970

Florentino

La morriña y la fascinación que Lalín ejercía sobre el diseñador, le hacen fundar la empresa FLORENTINO en este lugar. En sus comienzos, en el año 1970, Florentino Cacheda invirtió en una fábrica de aproximadamente 1.700 m2 en lo que ahora es pleno centro de Lalín. En esta primera nave, se fabricaron prendas hasta 1987, empleando lo que para aquel entonces era un proceso industrial con maquinaria puntera.



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1988


Florentino Cacheda, un ejemplo de trabajo y superación

Florentino se convierte en una figura fundamental del ámbito industrial y económico en Galicia, además de un referente en la moda internacional. Todo ello conseguido a través de su trabajo incansable, su amor por Galicia y su concepción de la moda como algo libre y en constante evolución.


Una moda inspirada en el "New look" de los 50

Florentino presenta en los desfiles de Luada su colección primavera/verano 1988, compuesta por tres líneas inspiradas en tres conceptos fundamentales: el "New Look" de los años 50, el look de balneario de los años 30, y el mar. Chaquetas en lana vieja, telas arrugadas, como decadentes, camisetas en colores pálidos y pantalones cortos confeccionados con plásticos de los que utilizan los marineros se combinan con sandalias y prendas de punto a rayas. Los tejidos adquieren gran importancia, con un acabado rústico, como sin terminar, pero muy trabajados.

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1990

Llegan los 90's

En la temporada primavera/verano del año 1990, la compañía seguía llamándose Sui Géneris y en el catálogo de colección se presentaban prendas clásicas como trajes en tonos suaves y cálidos a la par que algunas de las tendencias del momento, con camisas llenas de colorido, lunares y estampados imposibles.


El buen gusto y la discreción se dan la mano

En la temporada otoño/invierno de 1990, la colección estaba pensada desde la añoranza por el buen gusto, la discreción de la elegancia y la obstinación por satisfacer la sensibilidad y la sofisticación del hombre de la época. En sus formas, se percibe el mejor espíritu de los años noventa, el sport urbano, cómodo y corto, y la tecnología en la sastrería que permite un buen resultado para el hombre exigente del momento.


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1991

El look clásico se reinventa

Para la temporada primavera/verano 1991, Florentino presenta una colección elegante pero fresca, compuesta por trajes de cortes amplios (según el estilo imperante), tonos claros y estampados discretos como rayas o cuadros, combinados con otros más atrevidos, como las flores. La visión del uniforme del ejecutivo clásico se suaviza, restándole sofisticación con camisetas de algodón y camisas de manga corta.



La importancia de los complementos

Florentino, que por aquel entonces se hacía llamar Tino Cheda, presentaba para la temporada otoño/invierno 1991 una serie de prendas en las que predominaban los cortes amplios y los tejidos muy invernales, como la lana gruesa y el terciopelo. En cuanto a la gama de colores, destacaban los negros, grises y granates, con alguna concesión a tonos más llamativos, especialmente en los looks de gala. Los complementos, como fulares, pañuelos y bufandas, eran imprescindibles.




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1992

La superposición es la clave

Para su colección de otoño/invierno 1992-93, el diseñador le da una vuelta de tuerca al look de perfecto gentleman introduciendo materiales más rústicos, como la lana gruesa, que salpica bufandas, cárdigans y jerséis de cuello vuelto. La superposición de prendas es la clave de unos looks que se abrigan con grandes americanas y chaquetones tres cuartos muy estructurados. En este catálogo, que tiene como localización la bella ciudad de Praga, los complementos, con un estilo muy británico, adquieren una gran presencia, poniendo la guinda final a todos los conjuntos.

 


Florentino se inspira en el sur

Para la primavera de 1992, la firma lalinense propone looks relajados, en tonos claros y en los que predominan tejidos ligeros y frescos, como el lino. Cárdigans y suéteres de punto dan el toque casual a trajes de cortes amplios pero menos rigurosos que en temporadas pasadas. Florentino se inspira en un hombre mediterráneo, que demuestra que el cosmopolitismo y la modernidad no están reñidos con la tradición.




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1993

Florentino se traslada al trópico

En la temporada primavera/verano 1993, Florentino se traslada al trópico para ofrecernos una colección más sport y relajada que las anteriores, dominada por las americanas y los chaquetones tres cuartos que se mezclan con bermudas y camisas amplias de colores llamativos, como el amarillo, el caldera y el azulón. Tanto las prendas como la forma de llevarlas adquieren tintes exóticos, accesorizados con sombreros, cinturones de cuero trenzado y zapatos claros.


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1994

Sensibilidad y música para ambientar una colección sobria

Para el catálogo otoño/invierno 1994, Florentino crea un ambiente de profunda sensibilidad. La música es tal vez la evolución más pura del sentir; Budapest, la ciudad donde la cultura nace con la música. Esta colección apuesta por un concepto de austeridad, a través del uso de tejidos envejecidos y armonías de colores sobrios. Un estilo que alcanza la elegancia tanto en lo estético como en la voluntad e inteligencia de quienes lo hacen singular.



La fusión entre la moda y el arte

La elegancia no nace en las formas, sino en la persona. Esta colección se presenta bajo la imagen de un hombre con personalidad propia, conocedor de todo aquello que refleja su carácter y define su elegancia. Una elegancia que se hace inconfundible, ya que jamás se separa de las actividades que llenan el tiempo de quien conoce el valor de las cosas auténticas. Florentino dibuja el perfil de este hombre, cuya autenticidad no se manifiesta en los aspectos que habitualmente se nos muestran, sino en los más cercanos a la cultura y a sus múltiples manifestaciones artísticas. El Arte Oriental es el marco donde se unen elegancia y cultura, utilizando sus ambientes más originales como escenario del catálogo y conociendo de forma directa el trabajo de alguno de sus creadores más destacados. Un arte rico en contenidos y en matices, como la colección de esta temporada primavera/verano 1994. Una moda que transforma la imagen, comúnmente estereotipada, del hombre contemporáneo, en una imagen nueva, la del hombre que desarrolla todas sus facetas y posee una mentalidad acorde con la realidad de nuestra época.


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1995

Sicilia espléndida

La colección Florentino primavera/verano 1995 se llena de plenitud y vitalidad en los ambientes y paisajes de una Sicilia que representa la unión y el esplendor de la cultura griega y la romana, pilares fundamentales del mundo moderno, y que aún hoy se alzan majestuosos entre la tierra y el cielo del Mediterráneo.



New York, New York

En la temporada otoño/invierno 1995 Florentino se adentra en Nueva York entre las luces y las sombras, presentando un contraste de conceptos integrados en el entorno. Un entorno en movimiento constante, lleno de vida, de culturas y rascacielos, que esconden entre ellos sitios increíbles. Donde el hombre Florentino se encuentra en una búsqueda constante. Fruto de una exigencia profesional y superación, que se dan en un hombre de negocios con imponente presencia y perfecta elegancia. Donde encontramos una colección que plasma colores sobrios y oscuros, cortes rectos, diseños clásicos y confortables.


“No sé lo que es aburrirse, disfruto con todas las cosas y con mi trabajo”

“Firmeza y constancia: Las claves del éxito”

Florentino es un trabajador persistente que se ha convertido en una pieza clave en la industria textil gallega. Ama su tierra natal y debido a ello rechazó oportunidades muy importantes como la de trabajar en Estados Unidos y montar una fábrica en la frontera misma con México, “si la empresa no estuviera en Lalín seguramente no existiría”, afirmaba Florentino en una entrevista para el diario “Faro de Vigo” en el año 1996. Para él una de las fuentes de inspiración y decisión es la calle y tiene claro cual es la mejor ciudad para palpar esas dosis de inspiración, “si tuviera que elegir una ciudad diría Florencia. Si algún día me fuera de Lalín, que no lo creo posible, me gustaría vivir en esta ciudad italiana llena de arte”, comentaba en la entrevista. La evolución y el crecimiento de la empresa se deben a trabajar duramente con la misma ilusión y frescura que cuando decidió empezar con el negocio.


Primavera / Verano

Armonía de estilos New Orleans, ciudad de música improvisada, sirvió como inspiración para una de las colecciones más cálidas y relajadas de Florentino, en el año 1996. En el corte de los trajes y los tonos de cada prenda se percibe la influencia del jazz, el rythm and blues y las referencias musicales de la época. Una apuesta por el estilo clásico, con gran armonía en los contrastes.


Primavera / Verano

Armonía de estilos New Orleans, ciudad de música improvisada, sirvió como inspiración para una de las colecciones más cálidas y relajadas de Florentino, en el año 1996. En el corte de los trajes y los tonos de cada prenda se percibe la influencia del jazz, el rythm and blues y las referencias musicales de la época. Una apuesta por el estilo clásico, con gran armonía en los contrastes.


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